Cuenta Enrique Dans, en Ramoncito y el jardín de su vecino, una historia real como la vida misma: «Érase una vez un señor llamado Ramoncito a quien le gustaba mucho cantar. Sin embargo, lo hacía tan rematadamente mal, que era extremadamente impopular en el vecindario: todos sus vecinos le tenían un odio atroz. Tanto es así que un día, un vecino, harto de los atroces berridos del impopular Ramoncito, tomó una pancarta, escribió en ella una frase, “Ramoncito es un sinvergüenza” pero, el muy ladino, la clavó en el jardín de otro vecino. Ramoncito, al ver la pancarta, montó en cólera, le hizo una foto, y se fue a buscar a un juez». Una metáfora del juicio que ha terminado por condenar a “alasbarricadas.com” por por no retirar las pacartas, aún cuando no había fallo judicial sobre si las pancartas eran o no ofensivas.