España es uno de los pocos países europeos que sigue comprando un alto porcentaje de alimentos frescos en pequeños comercios —pescaderías, fruterías, mercados de abastos— a diferencia de lo que sucede en el norte de Europa, donde se impone la compra en grandes superficies. Habla de ello José Ramón Mauleon: «Estas cifras se ven con mucha envidia desde otros países europeos. Y es que en los países donde las grandes superficies se han expandido se están encontrando con los serios problemas que generan estas grandes empresas. Estos países se encuentran con que ha disminuido la variedad de alimentos disponibles, que estas empresas imponen sus intereses a la industria alimentaria, a los agricultores y a los consumidores, que al desaparecer el pequeño comercio quedan desiertas las calles comerciales y se trastoca el modelo de ciudad, que fomentan el consumismo y el gasto, que favorecen el consumo de alimentos procesados frente a los frescos, que se sustituyen los alimentos locales por alimentos globales. » Un modelo a mantener. [ Ref.: Anboto ]