Ayer hablábamos de Guatemala y volvemos a ella, esta vez de la mano de Sergio Ramírez. El país de la oscura primavera: «La mano dura, como promesa, viene a ser un monstruo de mil cabezas. Quienes padecen las consecuencias de la inseguridad y la violencia por causa de una policía sometida a la corrupción, e infiltrada por los carteles de la droga, y de un sistema judicial ineficiente, han olvidado, o no tienen edad para recordar, de dónde ha provenido tradicionalmente la violencia institucionalizada, con sus ejes secretos en las altas esferas, y pasan por alto también que al votar a favor de la mano dura otorgan tácitamente un espacio de poder que consiente las actuaciones extrajudiciales, de las que Guatemala ha estado tristemente plagada.»