No me resisto a poner (ya lo lamento) el final de este artículo de Johan Cruyff sobre su idea de cómo debería defender el Barcelona. Años después de aquél equipazo el holandés sigue asombrándome: «Y tras Koeman, ¿sabéis quién era el segundo mejor defensa que tuve en ese equipo? ¿Quien iniciaba la presión? Romario.
Sí, el tipo con mas pinta de gandul que he conocido pero mas rápido de ejecución que nadie. Cuando el portero cogía el balón, iba de inmediato a taparle. Así conseguía dos cosas. Una, en beneficio del equipo: molestando al portero, que no podía sacar deprisa y nos daba tiempo de organizarnos atrás. Si sacaba en largo el balón generalmente era para nosotros. Y si sacaba en corto todos estaban ya en su sitio para presionar e intentar robar. La otra cosa que conseguía Romário iba en beneficio propio: presionando al portero, sabiendo que ocurriría lo anteriormente citado, se ahorraba tener que correr esos 30 metros para atrás para luego tenerlos que hacer a la inversa. El fútbol, como yo lo veo, es así de simple.» Cuando Romário defendía.