Dadan Narval, Apuntes sobre la prensa deportiva: “El respeto por el protagonista ha de ser extensivo al mismo deporte. La acusación sistemática y sin pruebas por parte de la prensa deportiva de corrupción en el juego es un elemento con el que se convive con demasiada normalidad. Los periódicos deportivos, que hacen del tratamiento del deporte su razón de ser, no dudan en tildar de “timo” a todo el conjunto cuando las cosas no van por donde querrían. El fútbol es el mayor ejemplo de esto. Si las cosas van bien para sus equipos, el fútbol es un espectáculo maravilloso, impagable, indescriptiblemente grande. Si van mal, es una corruptela sin fin, un mundo podrido, algo que apesta. Teorías como la del “Villarato” o “la conspiración centralista”, cercanas al tipo de teorías conspirativas, son demasiado habituales en nuestra prensa. Claro está, la corrupción sólo afecta al juego cuando pierde el equipo cercano al periódico. Cuando gana, sin embargo, todo está en regla.”