Tomás Eloy Martínez, sobre Buñuel y su película El, El hombre más libre del mundo: «Todos los temas que lo obsesionaban son explorados en El con la pasión investigadora del entomólogo que Buñuel fue en sus ratos de ocio: la fragilidad de la memoria, las trampas de la devoción religiosa, la culpa cristiana, la búsqueda desesperada de libertad. Uno de los terrores más hondos de Buñuel era perder la memoria, porque la memoria era para él la verdadera cara de la identidad, del ser. Temía heredar el olvido perpetuo de su madre, a quien en los últimos años visitaba incontables veces, porque la saludaba al llegar, se quedaba un rato con ella, se marchaba y volvía a saludarla a los pocos minutos sin que se diera cuenta, porque para la madre sin memoria todo sucedía por primera vez. La memoria de Francisco Galván, en cambio, es su infierno, porque lo recuerda todo, hasta lo que todavía no ha vivido. »