A raíz de los robos en la Biblioteca Nacional salta la idea de digitalizar todos los fondos para impedir que este tipo de cosas sucedan, pasando a “prestar” la versión digital y no la original. José Antonio Millán pone un poco de cordura al asunto en La digitalización como preservativo: «La alianza de las nuevas tecnologías, la ignorancia y el papanatismo está dando resultados espectaculares, por lo que hay que apresurarse a decir que la consulta de la obra original es con frecuencia insustituible, por muchas razones. La primera es que la digitalización sólo recoge parte de la esencia de la obra: por ejemplo, los elementos materiales, desde el tipo de encuadernación hasta la composición en cuadernillos no los recoge la imagen digital. Luego: las reproducciones tienen con frecuencia errores. Francisco Rico describió en facsímiles impresos del Quijote cambios respecto al ejemplar original, y se han señalado con frecuencia problemas en el control de calidad de facsímiles digitales.»