Rachel Carson publica en 1962 un libro en el que describe los efectos del DDT sobre un pueblo fumigado con insecticidas; su éxito fue tal que fue el germen que acabó con la prohibición del compuesto químico; estigmatizada por las industrias químicas, su figura e importancia siguen suscitando polémica: «El eco está lejos de desaparecer. Mientras Al Gore reconoce la enorme influencia que tuvo en su particular cruzada ambiental (tenía una fotografía de Carson en su despacho de la Casa Blanca), el pasado mayo, el senador por Oklahoma Tom Coburn bloqueó una iniciativa para honrar la memoria de Carson. Su argumento: fue la responsable de la estigmatización de los pesticidas y la culpable de que el DDT se dejara de usar en ciertas zonas críticas afectadas de malaria, una enfermedad que mata entre uno y dos millones de personas cada año, la mayoría niños. El escritor de ciencia-ficción Michael Crichton es más taxativo. En su web afirma que la prohibición del DDT es “uno de los episodios más desgraciados de la historia del siglo XX en América”, ya que “ha causado la muerte de decenas de millones de personas, la mayoría gente pobre”.» La maestra de Al Gore, de Luis M. Ariza.