No está demás recordar que algunas de los escritores más inmnensos fueron trabajadores por encargo, supeditados a los gustos de sus mecenas o reyes, que supieron moverse en esos terrenos acotados y sacar su libertad creadora: “¿no sería válido proponer el ejercicio estratégico de la libertad creadora frente a la dominación del mercado, en vista de que sus criterios controlan los circuitos de producción, distribución y consumo de mercancías, y en el entendido de que el libro y la creación literaria son una mercancía más entre otras? En palabras sencillas, más que dedicarse a escribir obras marginales que nadie lea y que no seduzcan a un lector cuyo analfabetismo funcional crece día con día gracias a su inducida adicción al discurso audiovisual, y más que escribir de manera adocenada y seguidista para el mercado editorial, se trataría de comprender a cabalidad la lógica cultural del mercado para burlarla sin quedar fuera de sus coordenadas, de la misma manera como la reconstrucción de la utopía del bienestar colectivo se está realizando actualmente en el corazón mismo de la dominación del capital.” Mario Roberto Morales, en su discurso de aceptación del Premio Nacional de Literatura de Guatemala 2007, De premios literarios, mercado editorial y creación estética.
2007-09-02 14:17
Marcos, ¿estás seguro de que habla de Guatemala? Trasládalo a guatepeor y, oye, como un guante.
Por cierto, me avergüenza confesar que no he leído nada de este autor. De todas formas, uno de los problemas editoriales es que cuando vas a por un autor latinamericano, a veces te sorprendes con la maravillosa distribución y no te lo pueden traer ni encargándolo (me ha pasado con María Elena Walsh y algunos de sus libros, o con Luis Pescetti y algunas de sus novelas juveniles y con muchos más).
Un beso.