Pablo Veyrat escribe un obituario de Joybubbles, inspirador del movimiento ‘hacker’. Ciego de nacimiento y de personalidad extravagante,
«la comunidad hacker lo recuerda por haber sido el responsable de que el phone phreaking, un movimiento de los años 70 cuyos integrantes gustaban de explorar las posibilidades de trucar el sistema telefónico –para, por ejemplo, hacer llamadas gratis– cobrara fuerza. Joybubbles descubrió con tan sólo ocho años, y gracias a su oído absoluto, que era capaz de silbar los tonos del teléfono e influir así en el comportamiento de la línea. Todo comenzó cuando emitió un silbido de 2.600Hz a través del aparato y la comunicación se cortó».