Javier Ortiz: “[...] vale la pena discutir es si es buena idea meter en la cárcel a los individuos cuyas opiniones nos parecen infames.
Hace años pidieron mi firma para respaldar una petición de cierre de una librería de Barcelona que vendía publicaciones nazi-fascistas. Me negué a firmar, lo que me acarreó más de un problema. Supongo que no será necesario que manifieste la repugnancia que me producen las ideologías de ese género, pero no acepto que se impida expresarse a quienes las sustentan, y menos aún que se les castigue con la cárcel por hacerlas públicas. Según mi concepción de la vida, las opiniones han de ser libres. Incluso las más estúpidas, más dañinas y más delirantes. Los criterios acertados no sólo no se ven perjudicados por su coexistencia con criterios erróneos, sino que mejoran en el contraste con ellos.” Que opine quien quiera.