Seguimos a vueltas con el tema de las traducciones literarias, esta vez de mano de Max Vergara Poeti, a raíz de los problemas que tenía para disfrutar de la prosa del premio Nobel Orhan Pamuk: “Se trataba quizá del mismo problema que había experimentado cuando traté de leer la excelente (evidentemente lo es) traducción de «Midnight’s Children» de Salman Rushdie, que para nada me gustó e hizo que abandonara el libro, hasta que me compré, de pura curiosidad y ociosidad un ejemplar de Penguin en su idioma original… y el resultado fue totalmente distinto. En inglés, Rushdie tenía la magia de la que todo el mundo hablaba, que evidentemente muchos encontraron en la versión castellana, pero no yo. Lo cierto es que me había dado cuenta que algo sucedía con la prosa de Pamuk, algo que me asustaba, porque era demasiado buena para aburrirme tanto…”
2007-08-23 19:59
Alberto, gracias por destacar este excelente articulo que ayuda a entender, un poco mejor, el enigmatico y complicado mundo de la traduccion. Un saludo.
2007-08-24 22:12
De libro en libro y traducción en traducción, lo cierto es que un libro deja de ser lo que es cuando es traducido y se convierte en otro completamente distinto; sí, es el mismo sentido de las palabras, si cada una se examina minuciosamente y se coteja, pero no el sentido verdadero del original. Es como cuando miramos la luna en las aguas oscuras y rizadas de una noche, su reflejo: veríamos si, la luna que tanto conocemos, pero con una suerte de persianas bajadas (líneas horizontales en la esfera causadas por las aguas). Entonces nos diríamos: “qué bonita es la luna, con sus persianas bajadas”. Y sin embargo sigue siendo la misma luna que tanto conocemos. Así es un poco esto de las traducciones. ¿Pero existe algún otro modo de comunicar una obra a muchos lugares del mundo? Lo dudo.
Gracias a Alberto por ahondar con la modestia de una experiencia a este debate de nunca acabar.
Y al Señor del Siete, por señalármelo “en tiempo” :)