Hay una izquierda que habla y otra que trabaja y además sabe de lo que habla; Bruno Trentin pertenece a la segunda, con lo que no ganará ningún concurso entre defensores de mitos regresivos y revisiones de la dictadura del proletariado. Un texto largo y en ciertos puntos farragoso, pero lleno de respuestas económicas y políticas: La libertad y el conflicto social. “Es preciso que sepamos batirnos para que la Asamblea General de Naciones Unidas condene la represión rusa en Chechenia de la misma manera que condenó el genocidio en Bosnia. Es necesario demostrar con los hechos que la izquierda no tiene “líneas de repuesto” sino un código de honor. Sin embargo, para poder conducir de manera transparente (a la luz del Sol) esta batalla por la defensa de las libertades en el mundo, se requiere conducir con coherencia y continuidad una batalla por la creación de instituciones internacionales que tengan poderes efectivos de decisión, y que sean representativas de todas las áreas de la población mundial.”