Jordi Borja, Con dos izquierdas y no estar loco: “La otra izquierda, minoritaria electoralmente, busca la inserción o la relación con movimientos sociales críticos y encuadra militantes activistas en un proyecto ideológico alternativo que en el corto plazo tiende a ser defensivo o, en el mejor de los casos, influyente. Su base social en consecuencia son colectivos movilizados y discontinuos, que no aceptan fácilmente los compromisos inherentes a la gestión gubernamental, lo cual convierte a esta izquierda en un inestable aliado cuando se hace necesario su apoyo en las instituciones. Esta izquierda oscila en su discurso entre la referencia tradicional clasista, los trabajadores, los sectores de bajos ingresos, los inmigrantes, pero sin capacidad suficiente para estructurarlos (lo cual con frecuencia los deja en manos de la extrema derecha o de los nacionalismos o de las iglesias y otros fundamentalismos) y el discurso altermundialista, que propone una nueva sociedad, un cambio de civilización incluso, pero en el que faltan las necesarias mediaciones políticas.”