A modo de cuento de final truncado,
Alejandra Córdova Rojas nos relata en
Mi frustada entrevista con Ernesto Cardenal su particular periplo. “La primera imagen que tengo de Ernesto Cardenal es una fotografía en blanco y negro con su pelo desordenado por el viento, hablando ante un micrófono a su llegada al aeropuerto de La Habana, en Cuba. No es una imagen difusa; yo tenía sólo 6 años, pero en mi memoria quedó grabado el apacible rostro de un hombre que sembró de versos nuestra América Latina”...
y sigue