Manuel Castells advierte de la necesidad de alternativas al tráfico y la movilidad en las ciudades; algunas, las bicis por ejemplo, valdrían sólo en determinadas orografías y climas. Pero él tiene esperanzas en un nuevo prototipo de coche eléctrico: “No tiene motor. Los impulsos eléctricos van directamente a sus cuatro ruedas, cada una de las cuales es autónoma y puede girar en todas direcciones, por lo que se puede aparcar de lado sin espacio para maniobrar. El volante podría ser programado en función de un itinerario y el dispositivo de frenado estaría incorporado de forma automática mediante sensores. Hasta ahí, se trata de una nueva generación del coche eléctrico que ya existe, que se podría definir como un ordenador sobre ruedas. Pero hay algo más: se trata de un coche plegable. Con una señal eléctrica se recoge verticalmente y ocupa un espacio no mucho mayor que un carrito de supermercado. Una vez plegado, se puede incrustar en otro coche y éste en otro y éste en otro, formando una hilera de coches conectados.” Ecomovilidad.