Como ustedes ya sabrán, falleció
Ingmar Bergman. Después de soportar a los de Onda Cero radio trivializando sobre el asunto –pidiendo que llamaran oyentes que hubieran sido capaces de ver una película de Bergman entera, lo que demuestra que el
efecto Dunning-Kruger es también aplicable a la cultura– he querido buscar alguna reseña del cineasta.
Joaquim Pisa (Aventura en la tierra) comenta brevemente su obra en el contexto del cine actual, en
Ingmar Bergman, intelectual sueco: «Porque por encima de todo Bergman era un intelectual tallado por el existencialismo luterano sueco, y su obra no podía encajar ni a martillazos en la banalización de la vida y de la muerte que nos sirven desde hace décadas las pantallas cinematográficas, controladas enteramente por las “majors” norteamericanas. El público bergmaniano hace tiempo que desertó de las salas de cine». Me temo que esa misma banalización es la que he estado oyendo en Onda Cero.