Enrique Dans, en Harry Potter y el poder del crowdsourcing, nos habla de la capacidad de trabajo de las comunidades de usuarios cuando los mecanismos tradicionales no dan respuesta a sus necesidades: «Se trata, simplemente, de un mal cálculo de la editorial, que prefirió cambiar la presunta seguridad y control que ofrecía el no enviar pruebas del libro a los traductores antes de la fecha de salida oficial, por una fecha de salida de las versiones traducidas más tardía, o por unas posibles ventas adicionales del libro en inglés en mercados de habla no inglesa. Al final, el resultado es el que es: un libro traducido por un grupo desorganizado de autores en pos de un fin común». Este fenómeno se vuelve mucho más importante cuando las editoriales ni siquiera tienen interés en la traducción; para mí es memorable el caso del genial libro de Neal Stephenson En el principio… fue la línea de comandos