A finales de este mes se celebra en Sudáfrica la Cumbre Mundial de Desarrollo Sostenible; a mí lo de las Cumbres Mundiales me recuerda a esas comidas obligadas de empresa para celebrar la Navidad y en la que todo el mundo está esperando que lleguen los postres para largarse. Sin embargo, Ignacio Ramonet, en
Salvar el Planeta, tiene muchas expectativas: “Es fácil imaginar la inmensa esperanza que despierta la Cumbre de Johannesburgo, que podría verse frustrada si predominaran los egoísmos nacionales, la lógica productivista, el espíritu mercantil y la ley del beneficio.” Que levante la mano el que piense que predominará el egoísmo.