Rafael Fauquié escribe sobre un diario inacabado de Octavio Paz: El azar de las lecturas: Escritura y ética: “Vigilias (1935-1941) son un conjunto de diarios (así los llama el propio Paz) de factura extremadamente particular, en los que se alude a complejas correspondencias entre mundo interior y entorno. Los hombres, dice Paz, no somos nunca de una sola pieza. Somos plurales: verdugos y víctimas, actores y contempladores, culpables e inocentes. Nada en la vida luce unidireccional; tampoco el yo, tampoco la conciencia. La escritura puede ser una forma de asumir nuestra pluralidad individual en correspondencia con la inabarcable pluralidad del mundo. Aquellas Vigilias podrían verse hoy, a la luz de la larga distancia que nos separa de ellas, como el primer paso de una elección que Paz sostuvo a todo lo largo de su vida: trabajar la palabra como signo vivo en contacto lúcido y crítico con el tiempo vivo; hallar una palabra capaz de introducirse en el mundo para nombrarlo en su pluralidad. Toda la obra ensayística de Paz podría percibirse como la continuación o sustitución de aquellas Vigilias, diario inacabado que nunca retomaría.”