Claudia Mónica Londoño Villada, sobre Arte público y ciudad: “En la ciudad contemporánea, la obra de arte público evidencia su pérdida de autonomía, una ruptura con las lógicas del monumento y el espectáculo, en un proceso de consolidación estética que enriquece el paisaje urbano, permitiendo la movilización de sentidos y fortaleciendo niveles expresivos, que establecen la comunión entre el mundo cotidiano y las determinantes de una política ciudadana que, a su vez, democratiza el acceso a la obra de arte, la apropiación de un espacio que tiene que ser asumido «como una entidad, como un imaginario social y cultural, como un referente obligado para el devenir del ciudadano», el cual propicia y presencia una interlocución entre las percepciones individuales de la ciudad, las proyecciones colectivas y las transferencias latentes en cada obra a partir de las experiencias del artista.”
2007-07-26 13:22
Una referencia:
Arte público y espacio político (2001). Félix Duque. Ediciones Akal, S.A.
ISBN: 84-460-1461-0.
Un comentario:
El espacio público no ha sido nunca democrático (ni tienen porque serlo), la decoración o eso que llaman arte público es simplemente el hilo musical (música de fondo) del poder constituido (finjiendo ser democrático). ¿Qué hacen los habitantes de la ciudad con los objetos e intervenciones con los que van tropezando, con los gustos de sus antepasados? Estatuas de Franco o esculturas mínimal de algún autor bien posicionado en asociación cultural municipal …