La Argentina que nunca existió es el tema de la carta que Carlos Tobal escribe a un amigo autoexiliado en Sevilla para ponerle al corriente de la situación en Argentina. “Ya que estás viniendo nuevamente de España, te cuento. La visión de la crisis, desde ahí, tiene que ser distinta a la nuestra… Al inicio había sido una novedad, la ciudad temblaba por el escándalo y los ahorristas defraudados se agolpaban fuera y dentro de los bancos. Hubo un principio de unión entre piqueteros y caceroleros con apoyo obrero; y de las asambleas barriales. Unión que, de seguir, hubiera pintado como una alternativa. La consigna “Que se vayan todos” sintetizaba la crisis del sistema representativo”.