Rafael Herrera titula desafortunadamente El mayor enemigo de la libertad: el populismo contemporáneo un artículo que, sin embargo, plantea asuntos interesantes si se atempera su alcance: “La clave de esta política se basa en el fomento de estados de excepción que debiliten la democracia y la cohesión jurídica, perfectamente identificables con la teoría fascista del derecho. La exportación de la responsabilidad, además, genera en la ciudadanía una identidad comunitaria basada en el victimismo (indigenismo…) que facilita las decisiones extraordinarias ejecutivas de un líder absolutamente exento de culpa. El caso paradigmático es Venezuela, en donde se ha señalado al enemigo global –el capitalismo y las democracias liberales- y se lo ha simbolizado en conceptos arcaicos (imperialismo) representados por el Estado que mejor tipifica los valores del enemigo corrupto: EE. UU. Así, la propia corrupción del estado venezolano, sus propias dimensiones oligárquicas, se fortalecen al pintarse con los colores redentores del poder popular, que, al cabo, no deja en ningún momento de estar al margen del poder, y cuyo derecho, como en todo populismo, no va más allá de la aclamación.”
2007-07-03 20:50
Una cosa que me ha llamado la atención, repetidamente. Cuando el periódico progreguay “El Pais” llama, de forma sistemática, populistas a cualesqueira gobiernos de izquierdas latinoamericanos, desde Morales a Lula pasando por Chavez, es porque le da un toque descalificatorio. Pues mal, porque ya me dirán de qué sirven a efectos de ser izquierda, precisamente la izquierda europea o más en concreto, la “izquierda” psoística, sea ello lo que fuera en izquierda y en Psoe. Vamos, quiero decir que sobra el estúpido y descalificador etiquetaje de “populismo”, es que simple y llanamente, los Chávez, los Morales, los Lula, son izquierda. Los Zapatero, los González, son prograguays buen rollito, prescindibles, eunucos en suma. Que se pretende descalificar, sin más, y vagos como son los descalificadores, se quedan en el etiquetaje: populismo = malo. Nene no tocar = malo. Bobadas de seudoizquierda europea, digo.