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De usted, por favor

A mí la propuesta del Defensor del pueblo de abandonar el tuteo en las aulas me parece una tontería, porque no es así como se van a solucionar los problemas de la educación; pero a Francisco Muro de Iscar le parece una primera medida oportuna: “ La escuela no es un lugar democrático donde se vota qué se hace cada día ni donde los alumnos hacen lo que les parece. Es un lugar de formación en desigualdad: los profesores enseñan y mandan —eso no significa que deban ser autoritarios— y donde los alumnos aprenden y obedecen. Nadie debería tener que `prohibir´ la utilización de los móviles en la clase o pedirle a un chaval que se quite la gorra. Pero yo he visto hasta manifestaciones estudiantiles protestando porque alguien había decidido que los móviles se apagaran en clase.
Lo que sucede es que esa educación en valores no empieza ni termina en la escuela. Es en la familia de cada uno donde debe tener sus raíces. Y ahí es donde más falla.” De usted, por favor.

Marcos Taracido | 29/06/2007 | Artículos | Educación

Comentarios

  1. Ana Lorenzo
    2007-06-29 12:11

    No creo que el tú o el usted resuelva nada pero sí estoy de acuerdo en que la educación empieza en la familia. Creo que los niños saben de derechos pero sus padres no debemos olvidarnos de decir que todo derecho conlleva un deber u obligación, que los derechos existen para todos, con lo que obviedades como tu libertad llega hasta donde empieza la del otro, no hagas lo que no te gusta que te hagan, etc., deberían enseñarse bien y desde pequeños. Es inútil dejar al niño a su antojo, no corregirle que en el parque vaya tirando arena a los ojos de los otros niños, o que deje el sitio lleno de papeles, que se cuele constantemente en la fila del tobogán, y esperar hasta los doce años para hablarle de convivencia y respeto. Es inútil también decirle que haga caso al profesor y, delante de él, comentar que el tal profesor «es un idiota, ya ves, qué le importará si el niño multiplica bien o mal, total, ya están las calculadoras, ¿o lo uso yo, eso de la multiplicación?». Es inútil pedirle al niño que muestre interés en las materias si, cuando nos va a leer una redacción o un cuento, subimos el volumen de la tele y le contestamos que no tenemos tiempo para tonterías, «déjame que estoy oyendo las noticias, es importante». Es inútil que nuestro hijo sepa respetar a los demás, sepa que la autoridad en el colegio la tiene el profesor (aclarándole desde bien pequeño que esto nunca es sagrado, claro, que si hay un bofetón o algo raro de por medio, acuda de inmediato a su tutor o al director y nos llame, también de inmediato, por teléfono [mundo malvado éste en el que hay que prevenir contra tales males]), etc., si la gran mayoría sigue impidiendo que las clases puedan darse y si los políticos han logrado quitar a los profesores hasta las medidas más inocuas de castigo, si les han despojado de toda autoridad contra estos vándalos, que por lo menos hay un grupo en cada clase. Porque es realmente inútil perder media hora de clase oyendo cómo una cría de doce años, con los pies encima de la mesa, responde constantemente con un «Pues vale» al «Ya basta, señorita X, no diga usted siempre la última palabra»; lo desesperada que tiene que estar esta profesora para aguantar semejante falta de respeto, para saber que enviarla a dirección o ponerle un parte no conseguirán nada; y lo increíblemente infantil y maleducada que es la niña, que no solo no se calla sino que hace durar media hora una situación estúpida ante una reprimenda que a nuestra generación le habría hecho ponerse roja de vergüenza. Es inútil pedir a un colectivo que, excepciones hechas, ilusiona, motiva y forma cuando le dejan, haga de tripas corazón, no se deprima y resuelva aquello a lo que nadie sabe dar respuesta. Tiene que ser frustrante que te envíen a ayudar a la vendimia con las manos atadas.
    Y no entro ya en el tema de las peleas planeadas y los móviles grabando abusos y cosas de sobra conocidas. Solo quiero decir de esto que no me vengan los políticos con el rollo de que siempre ha existido pero ahora se ve por la tele: no, señores, no ha existido siempre, como tampoco ha existido un crío que fuera capaz de estar media hora de clase faltándole al respeto a un profesor día sí y otro también. La violencia sin planear, sí. La violencia de bandas de niñas normales, y de niños, contra niños, contra profesores, se lo aseguro, hace veinte años no existía.
    Algo ha cambiado. Analicen, analicen, y escuchen a profesores, sobre todo, antes de aprobar leyes de educación.

    Un saludo (y disculpen la extensión del comentario).

  2. elpeor
    2007-06-29 19:33

    Al profesor no se le trata de ‘tu’ ni de usted, mejor se le trata de hijo de perra..

    Menos mal que en cuanto tuve uso de razón y pude me largue de sus centros de adoctrinamiento estatales, y empece a aprender por mi cuenta.

    Hasta el mas ‘guay’ rojeras de los profes daba asco, habían tragado con lo que fuese para llenar sus estómagos y los de sus familias.La educación ya no les importaba una mierda..


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