Si quieren conocer el oscuro mundo de los bancos, jaime nos cuenta su pasado: Yo fui un tiburón de las finanzas: “Los demás clientes se quejaban de que les robaban los ahorros, pero yo les escribí una carta muy amable en la que les recomendaba cambiar de profesión y aprovecharse de las ventajas que nuestra entidad ofrecía al gremio de los atracadores.
Digo ofrecía porque en una ocasión coincidieron tres bandas en una misma sucursal y murieron catorce personas y dieciocho gatos, y el Banco de España decidió investigar nuestras actividades. No es que tuviera nada que ocultar, pero me dije, para qué arriesgarse, y cerré el negocio. Obviamente, la policía no se rindió fácilmente. Estuvieron una época llamando por teléfono, para ver si podían hablar conmigo, pero yo ponía voz de mujer y les decía que el señor no estaba en casa. No me salía muy bien la voz de mujer, pero siempre comenzaba las frases diciendo «no soy Jaime, soy una mujer», para evitar que descubrieran mi hábil estratagema.”