Tremendo el alegato, a veces impreciso, de Manolo Saco: Ya es hora de denunciar el Concordato con la Santa Sede: “Los padres no tienen derecho a elegir que en la escuela se les enseñe a sus hijos que la Tierra es plana, que el universo sólo tiene 6.000 años de edad porque las Sagradas Escrituras avalan semejante necedad, que dos y dos son siete, y que el agua es H2S3. Ni el Estado puede consentir que un padre ignorante impida que sus hijos asistan a la escuela «porque es una pérdida de tiempo».
Lo que los curas reunidos en conferencia pretenden es que se perpetúe la fábrica de creyentes que van a engrosar su industria y contribuir con sus impuestos y diezmos a forrar sus riñones, y no importa que para ello nuestro niños deban aprender pasajes tan edificantes como los que abundan en el Génesis y el resto del libro sagrado, y que hablan de un dios sanguinario que aplica los castigos más caprichosos que la mente más retorcida pueda imaginar por el pecado más banal.”