Divertida reflexión de Camilo de Ory sobre el cotidiano acto de hacer la lista de la compra (y ejecutarla): “Los dictadores inteligentes, dentro de las limitaciones que su habitual condición de militares les impone, dan a su pueblo la cantidad justa de fruta y verdura para que a éste le parezca más cómodo quedarse en casa viendo el fútbol que lanzarse a la calle pancarta o escopeta en mano a cambiar para siempre la cosa o al menos a conseguir su chusco de pan. En este sentido, las democracias occidentales funcionan más o menos igual que las dictaduras, con la única aunque doble diferencia de que uno no sabe a ciencia cierta quién es el truhán que se está llevando su dinero calentito y de que si a alguien se le ocurre levantar la voz para hacer ver a los que le rodean la inmoralidad de lo que está sucediendo el resto de los demócratas lo llamarán golpista en lugar de tildarlo de revolucionario” Resistencia hortícola.