Anne Lainault expone las distintas posiciones y argumentos con que acuden al próximo Consejo europeo los distintos países, de cara a la negociación sobre el nuevo tratado constitucional: “Ahora bien, el verdadero desafía de la canciller alemana es otro. Lograr que países tan reticentes como Gran Bretaña, Polonia y la República Checa se avengan a un compromiso y comprendan que «sólo las instituciones y las reformas en el seno de la UE constituyen un medio para sacar a cada país de sus problemas». Estos Estados euroescépticos piensan que «la Constitución es un problema más que una ventaja. Cuestionan la Constitutción, pero también el tratado de Niza», dice Torreblanca.
El debate sobre el Tratado constitucional puso al descubierto una oleada de euroescepticismo —que no sólo se maniene hoy, sino que ha ganado terreno en otros países— y la frágil legitmidad de los eurodiputados. El texto no es menos esencial para la cohesión política de los Veintisiete. ¿Podemos dejar descolgados a los países que no quieren avanzar en la construcción europea?” Última llamada: mini tratado o mini Europa.