La poética de la injuria reune algunas de las palabras más ácidas que unos escritores han dicho de otros, comentando así un libro, Escritores contra escritores dedicado a ello: “El crítico literario estadounidense Edmund Wilson dijo: “Lo cierto es que Fitzgerald no sabe qué hacer con la joya que le ha sido otorgada. Pues ha sido dotado de imaginación sin el intelecto para controlarla; ha sido dotado del deseo por la belleza sin un ideal estético; y ha sido dotado de talento para expresarse sin demasiadas ideas para expresar”. Pero contra quien se ensañaron fue contra Henry James, que recibió una auténtica artillería desde varias trincheras. El primer disparo fue de William Faulkner: «Es la viejecita más encantadora que he conocido nunca», seguido del perdigonazo del notable T. S. Eliot: «(James) tenía una mente tan perfecta que ninguna idea podía profanarla». El tiro de gracia proviene del temible tirador Oscar Wilde: «El señor Henry James escribe narrativa como si fuese una obligación desagradable». Si James no murió con eso hay que celebrarlo.” Un artículo de Enrique Sánchez Hernani.
2007-06-23 20:14
Un artículo brillante. ¿Pero qué se le va a hacer? Faulker, Eliot y Wilde tienen más razón que un santo.
Abrazos.