Confieso que me ha provocado un cierto escalofrío (y no sé porqué) este artículo de Javier Castañeda proponiendo una solución posible al problema de la vivienda con casas cúbicas prefabricadas que hagan crecer la ciudad hacia arriba: “Si hablamos de imaginación, y aunque ya tiene unos años, estoy seguro de que un LoftCube –una casa cúbica prefabricada y casi de cristal, pensada para ser instalada en las azoteas- haría las delicias de más de uno de todos aquellos que no pueden convertirse en propietarios. Eso sí, tras un sondeo informal que ha consistido en preguntar a amigos, vecinos, compañeros de trabajo, etc.; todos han coincidido en que pese a su éxito en muchas ciudades, este modelo no podría cuajar en España pues en muchos casos la normativa municipal impide a la ciudad crecer hacia arriba; por no hablar de los problemas con las comunidades de propietarios, etc. ¿Tan difícil sería permitir a la ciudad, de un modo controlado, crecer en vertical? ¿No son orgullo arquitectónico y motivo de excelsa presunción la nueva moda de los techos de cristal de autor? ¿Qué inconveniente puede representar pues para una ciudad moderna aprovechar un espacio del que naturalmente se dispone y que muchas veces queda muerto?” Cubos.