Por si aún no se han enterado (je) Bob Dylan ha sido galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de las Artes 2007. Buscando algún texto sobre él lo menos hagiográfico posible, me topo con este de Eduardo Allende, que tira de la figura de Dylan para recordar su propia infancia y para tratar de dar una visión diferente del cantautor: “Pero, aunque convertido en leyenda (y las leyendas sólo existen para ser olvidadas), en realidad Dylan sólo pretendió ser él mismo. Padeció tales ansias de libertad que siempre huyó, patológicamente, de la pertenencia a cualquier colectivo. Jamás formó parte de una banda (con una única excepción, y entonces usó el pseudónimo de Lucky Wilbury) porque sabía que el acuerdo en todo, la total coincidencia, es imposible. Y él sólo hablaba en nombre propio. Por más que le llamaran portavoz de una generación, sólo fue portavoz de sí mismo.” Lookin’ back.
2007-06-14 22:11
Robert Allen Zimmerman… aún no ha pasado de moda.
2007-06-15 14:41
Más allá de la moda, diría yo. Es concepto que no casa bien con el personaje.
Gracias por el enlace, Alberto. No es que no quisiera ser hagiográfico. Es que el propio Dylan se ofendería si lo fuera (en el improbable caso, claro, de que le diera por leer mis chorradas).
2007-06-15 18:12
De acuerdo con casi todo lo que se dice. Con Dylan hay siempre una polarización: los que subliman todo lo que hace y los que no le pueden aguantar. Casi toda su música me parece buena. No me gustan actitudes personales, su misoginia en Lay lady lay y otras de la misma época. Su paso por el cristianismo. Pero hay discos que te hacen perdonar estas cosas. Para mi los mejores los primeros y el Bassement Tapes. En su último concierto en España tenía encima de un altavoz la estatuilla del Oscar. Un poco bobo el asunto.