María Dubón escribe sobre El fiasco literario: y aunque advierto varios puntos discutibles, no deja de tener interés: “Esta lamentable situación es fruto de un marketing que destina su ahínco a halagar al lector poco avezado dándole gato por liebre, ofreciéndole una obra de entretenimiento barnizada de trascendencia cultural. Y es que en la Literatura no existe engaño posible, por más veterano, por más experto que sea un autor, si le falta motivación, si su historia no nace de una vivencia profunda, su narración no será otra cosa que un mero ejercicio estético. También será malo el caso contrario, porque de nada sirve la pasión, la voluntad de comunicar, si el mensaje no se sustenta hábilmente en instrumentos expresivos y estilísticos que hagan factible la comunicación.”