Juliana Boersner, Redes sociales y mundo editorial: ¿hacia dónde va todo esto?: En la misma línea de una propaganda que he visto por televisión por cable en la que unos creativos van a donde su editor jefe para preguntarle si pueden usar una palabra vulgar en su próximo próducto, leo que la editorial norteamericana, Grand Central Publishing, del grupo Hachette , acudió a bloggers y a redes sociales para consultar si debía o no publicar un libro con una grosería en el título. Por otro lado, Harpers and Collins usaron MySpace para promocionar concursos de escritura creativa y se sorprendieron de los resultados.
Iniciativas como Library Thing tienden a fortalecerse en un mercado en el que la recomendación de los amigos es mucho más creíble o poderosa que la de las propias editoriales. La fortaleza de las viejas instituciones y, sobre todo, de los hasta hace poco “expertos” ha dejado de ser tal, de la misma manera en la que ya los periodistas profesionales casi han venido a ser sustituidos como fuente de confiabilidad por los bloggers, así mismo, los editories parecen estar viendo desvanecerse su credibilidad en el mundo de los libros.