La arquitectura del poder es un comentario de Alejandro Polanco Masa tras la lectura del libro del mismo nombre de Deyan Sudjic: “Es, precisamente, la creación de símbolos, una de las inspiraciones más fuertes que animan a los millonarios o poderosos a la hora de encargar construcciones, por lo general coartando la inventiva de los arquitectos e imponiendo características a los nuevos edificios que rozan lo imposible. La cuestión consiste en que uno sea recordado, como en el caso de las curiosas «bibliotecas» que cada presidente de los Estados Unidos se construye tras su mandato. O, también, lograr que un gobierno tenga un símbolo propio que exprese lo genial que ha sido su gestión. Porque, no se piense que en la cuestión megalómana arquitectónica sólo los dictadores o los magnates «locos» han dejado su huella. Las democracias de todo tipo han querido sumarse al asunto con ejemplos memorables y, también, patéticos. Que se lo digan a la infausta Cúpula del Milenio con la que Blair y su queridísimo neolaborismo pretendían pasar a la historia y que, actualmente, se pudre de asco, literalmente, olvidada por todos.”