Según Alejandro Polanco Masa de los numerosos pilares que sostenían que el hombre es el centro del universo, ya sólo quedan dos: la vida como un hecho único, y la inteligencia: “¿Qué le queda al orgulloso antropocentrismo o a sus deidades? En realidad, nada, porque los dos siguientes golpes, estoy convencido, terminarán por llegar, minando finalmente tal orgullo hasta reducirlo a la nada. El primer golpe supondría eliminar la exclusividad de la vida, esto es, esa manía del antropocentrismo, ahora encarnado en un nuevo geocentrismo de corte biológico emparentado con diseños «inteligentes» de todo tipo, que se aferra a la manía de afirmar que la vida sólo surgió en la Tierra. Tiempo al tiempo, no creo que quede mucho para que este golpe haga acto de presencia.
Finalmente, está el asunto de la inteligencia. Cuántas veces habré leído que, aunque se descubra vida en el universo, todavía quedará una «conquista» que únicamente se habría dado en nuestro mundo, la vida inteligente. Puede que para este último golpe quede más tiempo pero, también estoy convencido, el primer contacto supondrá la desaparición final del antropocentrismo…” Antropocentrismo descendente.