Julio Llamazares utiliza la poesía de Gamoneda para denunciar la presencia constante de la mentira en nuestra sociedad: “Seguimos, pues, nadando en el mismo fango que el poeta Gamoneda describía hace tres décadas («El silencio y sus círculos, el ácido que depositas sobre mi salud / la suciedad obligatoria de mi alma: éste es el precio de la paz»), sólo que ahora sabiendo que eso es así. Ahora no hay velos que disimulen la mentira y el engaño, como antes, pese a lo cual ambos continúan vigentes. Y continúan vigentes por lo que he dicho: porque nos hemos acostumbrado a mentir y a que nos mientan, porque la mentira aquí no tiene el rechazo que en otras partes, porque en la patria de la picaresca no está mal visto —al revés— engañar al oponente, siempre y cuando se haga con gran cinismo, porque la mentira, en fin, forma parte de nuestra idiosincrasia, especialmente de la de aquellos que aprendieron a mentir en los tenebrosos años en los que «los que sabían gemir fueron amordazados por los que resistían la verdad».” Descripción de la mentira.