cosmodelia, ayudándose del collage con textos ya escritos, trata de acomodar términos viejos a los nuevos tiempos cibernéticos: “El revolucionario persigue un objetivo; no necesariamente es así para el rebelde. El rebelde puede luchar para afirmar un estilo. Lucha porque no puede hacer otra cosa que luchar. El revolucionario entiende llegar a un objetivo, mientras el rebelde encarna, ante todo, un estado de ánimo. El rebelde desprecia el juego de dejarse arrastrar por la ola extremista y la manipulación presuntamente eficaz de los slogans y consignas. No se encuentra entre aquellos que se limitan a anunciar el Apocalipsis, sin tener el mínimo medio para ponerle remedio. Antígona es extraña al narcisismo de la radicalidad.” Escondid@s en los bosques cibernéticos