“Cuando naciones y pueblos ven secuestrada su memoria, su cultura y su identidad por elites políticas que no tienen empacho en jugar a la ruleta rusa como espectadores con la vida de sus conciudadanos, nos ha-llamos ante un problema de necesaria re-construcción de lo social.” Lo dice Marcos Roitman Rosenmann en
Degradación política y virtud ética, y también dice que se debe luchar por una revolución que devuelva la ética y la democracia, palabra esta última que poco tiene que ver ya con la práctica oligárquica de los gobiernos. La primera palabra, ética, ya no es más que un tropo literario.