Algernon asegura que los Juguetes de los Ochenta fueron los mejores de la historia; quizás haya algo de nostalgia del que creció con ellos, pero tampoco creo que haya muchas dudas sobre la seriedad de la aseveración: “Los ochenta supusieron el culmen del juguete físico, antes de la llegada del juguete electrónico y el auge de los videojuegos.
Fue el triunfo del Lego y el Playmobil, de las realidades alternativas que podían tocarse con mano. Líneas de juguetes como las de M.A.S.K. o Starcom, rebosantes de espíritu anti-soviético, no tenían ningún pudor en privilegiar la verosimilitud bélica: si había que disparar, se disparaba, aunque no la palmase nadie. El pequeño niño de los ochenta podía así entrenarse para los escenarios bélicos pre-apocalípticos del mañana.”.