Bolivia o Venezuela parecen estar a la cabeza de un proceso de renacionalización de empresas privadas, proceso que a Alberto Chong
y Florencio López de Silanes les parece un error: “Algunos gobiernos han reaccionado al descontento generalizado con la privatización, descartando lo bueno junto con lo malo. En vez de considerar cada caso particular, han decidido reinstaurar el control estatal sobre los servicios públicos y las industrias claves. Venezuela acaba de nacionalizar todo el sector eléctrico y Cantv, la empresa nacional de telecomunicaciones, y a comienzos de este año, Bolivia reasignó el manejo del sistema de acueductos de La Paz, que desde 1997 manejaba una compañía extranjera.
Antes de dejarse arrastrar por esta corriente, a los gobiernos les convendría revisar bien los hechos. Si lo hacen, descubrirán que, a fin de cuentas, las privatizaciones han sido, de hecho, más beneficiosas para los pobres. Si bien las empresas de servicios públicos privatizadas aumentaron los precios, también ampliaron su cobertura, incluyendo a hogares pobres. Las investigaciones confirman que, en una serie de casos en América latina, la gente de bajos ingresos se ha beneficiado.” ¿Una vuelta al futuro?.