Sergio Ramírez, sobre el tráfico de droga en centroamérica: Un trabajo por cuenta ajena: “Junto con Nicaragua, el resto de Centroamérica seguirá siendo escenario de esta lucha desigual, porque toda la región es un puente de tráfico del sur hacia el norte. La droga tiene que pasar necesariamente por aquí. Y los narcos no se darán por vencidos e incrementarán sus planes de terror y sus ofertas de corrupción. Por tanto, Estados Unidos y los países favorecidos cada vez que un cargamento es capturado, o una red es desmantelada, deberían pagar un impuesto a nuestros países por cada tonelada de droga que ya no llegará a sus mercados.
Es muy sencillo. Hay países desarrollados que pagan un impuesto voluntario a los países pobres por el oxígeno que producen en beneficio de la atmósfera común, ayudando a mitigar la emisión de gases de efecto invernadero, y a preservar las fuentes de agua, uno de los bienes que será más escasos para la humanidad en el futuro. El cálculo se hace a razón de cada hectárea de bosque mantenido o cultivado, o por cada árbol nuevo sembrado, de modo que se vuelva más rentable reforestar que destruir, mantener vivo un árbol que cortarlo.”