Joschka Fischer, Se acerca el final para Kosovo: “La reintegración de Kosovo en Serbia no es sostenible. Desde el final del conflicto en junio de 1999, Serbia no ha ejercido autoridad gubernamental alguna sobre Kosovo. Durante la administración de las Naciones Unidas se han creado instituciones kosovares legítimas para la gestión de los asuntos internos. Con esas instituciones en funcionamiento, el pueblo de Kosovo espera un mayor autogobierno.
Lamentablemente, la posición de Belgrado, que propugna de nuevo la dependencia de Serbia —aunque con autonomía— no tiene en cuenta esas realidades. En realidad, no tiene una estrategia viable para integrar a los dos millones de personas de Kosovo en las instituciones políticas y la vida pública de Serbia.
Las Naciones Unidas no pueden, sencillamente, resolver los problemas estructurales de Kosovo, a saber, la necesidad de desarrollar una economía viable e iniciar conversaciones con la UE, el motor más potente para la reforma y el desarrollo económico de la región, pero no por ello deben la comunidad internacional y la UE abandonar a Kosovo a su suerte.”