Raquel Herrera aporta algunos apuntes que introducene al arte biológico: “El arte de resonancias biológicas (que se presenta aquí y allí, intermitentemente, que no sé si tiene nombre o también debería llamársele bioarte o qué...). Hay un peligro: el arte que juega con la biología en términos formalistas puede resultar sumamente atractivo estéticamente hablando, y yo por ejemplo tengo debilidad por las obras de Daniel Canogar. Aquí estoy siendo muy simplista, pues pocas cosas me parecieron más atractivas e intelectualmente sugerentes que la esculturas móviles de Theo Jansen, que recibió una mención especial del premio VIDA convocado por Fundación Telefónica. Pero sí es cierto que entendí la crítica que publicó Alejandro de WMNA a propósito de la exposición Fantasmagoría: espectros de ausencia, aunque no fuera en clave biológica, pero sí artísticamente trascendente: las hojas, los cuerpos y demás elementos naturales constituyen material altamente susceptible de convertirse en discursos inflados pero vacíos.” Arte biológico: ¿se puede saber qué estáis haciendo ahí fuera/dentro?.