Jeffrey D. Sachs, El G-8 no cumplió sus promesas: “Las Metas del Milenio para el Desarrollo son las que ha acordado el mundo para reducir la pobreza, el hambre y las enfermedades. Establecidas en 2000, sus objetivos debían alcanzarse para 2015. Estamos a mitad de camino. Hasta ahora, pese a interminables declaraciones sobre aumentar la ayuda a los países pobres, las naciones ricas del Grupo de los Ocho no han cumplido la parte que les toca.
Aquí hay mucho cinismo. En la Cumbre del G-8 de 2005, en Gleneagles, los países miembros se comprometieron a duplicar su ayuda a Africa para 2010. Poco después, me invitaron a una pequeña reunión de alto nivel en la que se trataría el seguimiento. Pedí una planilla que indicara los incrementos programados, año por año, y su asignación (países donantes y receptores).
La respuesta que recibí me dejó helado: “No habrá planillas de seguimiento. Estados Unidos ha insistido en que se omitan”. El mensaje era claro. El G-8 había hecho una promesa explícita, pero no había planificado en absoluto su cumplimiento. Más aún: había dado instrucciones precisas de no hacerlo.”