Un tren arrolla a tres obreros que iban en un coche en un paso a nivel en la localidad pontevedresa de Valga. Y ya está bien. Algunas cosas son de cajón aunque desde arriba no parezcan verlas. Dice Lois Blanco: “Fomento aplicó ayer en Valga el protocolo habitual. Dio a entender que los sistemas de seguridad funcionaron y que, por tanto, ni tienen responsabilidad ni nadie a quien indemnizar. Puede que sí o puede que no, porque un testigo presencial perjura que las vallas se habían levantado cuando el automóvil comenzó a cruzar la vía. Si un conductor se salta la barrera (palabra equívoca porque es un palo que sólo ocupa la mitad de la calzada), el poco sentido común que le queda será para mirar a un lado y a otro por si viene el tren. Como la velocidad ferroviaria es y seguirá siendo en Galicia durante mucho tiempo la que es, al tren se le ve venir y, si el coche no se cala, salir del aprieto con un acelerón.” Valga. Y añade Nacho de la Fuente: “Una de las acepciones del término redundancia es: «sobra o demasiada abundancia de cualquier cosa o en cualquier línea». Pues eso. En Valga les sobran 14 pasos a nivel de mierda. Valga la redundancia.” Valga la redundancia.