Joaquín Pérez Azaústre, Delphi: “En Delphi nunca olvidarán lo que ha ocurrido en Cádiz, aunque sí que olvidaron su promesa cuando, encontrándose ya en suspensión de pagos, la filial española se comprometió hace un año a mantener la planta de Puerto Real hasta 2010. La Junta prometió el respaldo exacto, pero con este anuncio de cierre los dirigentes de Delphi han demostrado, en la peor variación de su capitalismo voraz, no tener palabra en el acuerdo. Se rompe así una historia que comenzó en 1981, cuando Delphi llegó a Puerto Real. Ahora, cuando Jesús Caldera, ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, asegura que “ninguno de los trabajadores quedará abandonado a su suerte”, es el momento de advertirle que, en el futuro, si esta afirmación suya no se cumple, le será recordada hasta el hartazgo; sucede igual con el titular de la cartera de Industria, Turismo y Comercio, el catalán Joan Clos, que ha exigido a Delphi una explicación de sus proyectos sobre el cierre de la planta, buscando reducir así el impacto en los trabajadores de Puerto Real.Un trabajador no siempre pierde, por mucho que ante decisiones arbitrarias, y faltas de lealtad, estas grandes empresas se escabullan.”