Apenas hace unos días me sorprendía al leer la noticia de que la ONU debate por primera vez sobre el cambio climático, vamos que finalmente ese conjunto de señores [descaradamente] acaban de caer en la cuenta de que el cambio climático es una realidad ya tan evidente que algo tendrán que hacer; algunas de las afirmaciones más lúcidas aseveraban en esta reunión que “ya no es solamente una cuestión de medio ambiente, sino también “un desafío global” y “el costo de la inacción es superior al de la acción”“. Al parecer, ahora que han alertado a los gobiernos de que su “impacto sobre la paz y la seguridad internacionales podría adoptar múltiples formas”, parece probable que las maquinarias de guerras preventivas se vuelven a activar; no me ha quedado muy claro es si han constatado también que el desarrollo es la clave del cambio climático : “Las previsiones sobre los impactos del cambio climático dibujan un escenario casi apocalíptico. Sequías, inundaciones, desaparición de especies animales y vegetales, dificultades para producir alimentos, entre otros problemas derivados del clima”. Pero no se alarmen, hay motivos de tranquilidad, porque algunos países, como España, han empezado a asumir el reto de cumplir el tratado de Kioto.