Bernardo Kliksberg constata cómo un problema como el cambio climático, generado principalmente por los países ricos, va a incidir en la brecha que separa cada vez más primer de tercer mundo: “Ello genera una situación paradójica. Según los estimados, los países más ricos son los principales productores de los gases invernadero. Se calcula que EE.UU. es responsable del 29% de las emisiones de dióxido de carbono y Europa Occidental, del 27%. Los países pobres no tienen incidencia mayor. Sin embargo, ellos son los que pueden sufrir las consecuencias más graves. Según la ONU, en 2020 las penurias de agua podrían estar afectando a 250 millones de personas en Africa y la producción agrícola en ciertas áreas podría caer en un 50%. En Asia, la falta de agua fresca puede afectar a 1000 millones de personas en 2050. Señala un economista, Jacob Mendelsohn (Yale): «La idea original era que estuviéramos todos juntos en esto, y ésa es una idea más fácil para vender. Pero la investigación no la avala: no estamos todos juntos».” Una nueva desigualdad.