Merece la pena leer este artículo de Santiago Rodríguez Guerrero-Strachan sobre la particular «amistad» que se establece entre dos poetas que se leen, comprenden, aprecian y cuyas influencias se filtran en sus textos. De la amistad: “No me interesa tanto la crítica de los poemas o de los poetas sino la ingenua percepción de las líneas comunes tan poco advertidas por los lectores. Un poeta no es un ser que surja de la nada y se críe con su solo hálito. La de la poesía es una aventura interior y exterior, hacia adentro para encontrarse y encontrar la manera de decirse, y hacia fuera para conocer lo que otros han dicho y cómo lo han expresado. Es lo que algunos llaman tradición, pero Edward Said prefiere denominar filiaciones. Para Eliot la tradición está ya constituida, para Said es algo que se va haciendo en cada momento y dependiendo de cada escritor.”