Mario Roberto Morales, sobre Malcolm Lowry, la literatura y el alcohol: “Es obvio que el alcoholismo le había revelado ya a Lowry la cara oscura de la vida a tal punto, que ya no le era posible (porque no la deseaba) la recuperación, y estaba lejos hasta de un milagro. Este discurso de antihéroe trágico, esta vocación de sufrir, esta aversión a la ansiada fama y esta fascinación por el fracaso y la muerte, fueron también la corona de espinas de Edgar Allan Poe, otro borracho genial como ha habido tantos.
Hay algo en la luz que atrae a los insectos a la muerte. Y algo hay en la tiniebla que atrae a los borrachos al fracaso. Ausencia y plenitud del miedo. En el caso de Lowry y Poe, lo que se salvó del naufragio fue su literatura. ¿Qué más puede pedir un escritor que tiene la (des)gracia de ser un borracho?” Hundido y fracasado: Medio siglo sin Malcolm Lowry.